La Falacia de las Empresas Incluyentes.



Cuando pensé en mudarme a la Ciudad de México lo hice imaginando en las posibilidades que la ciudad “friendly” de Mancera perjura ofrecer; y sí, la verdad es que, en comparación con el resto del país, la apertura en esta ciudad es mayor que cualquier otro rincón mexicano; sin embargo, no somos los países escandinavos o Canadá donde gustos, identidades de género, orientaciones sexuales, color de piel y demás no importan.

A pesar de que las legislaciones en la gran ciudad latinoamericana favorecen la inclusión de las minorías LGBT, la realidad dista mucho de lo acordado… México sigue siendo el segundo país con más crímenes de odio, el acoso y hostigamiento social sigue en niveles alarmantes, agregando a las sociedades conservadoras que pretenden banear derechos civiles como la adopción homoparental o el derecho de la comunidad trans a tener los derechos de cualquier otro ciudadano. Entre la batalla de ambos bandos por hacer valer sus opiniones, surgen aquellas mentes, opiniones, asociaciones, empresas y demás que se ponen del lado de la inclusión y se convierten en pequeños destellos de esperanza que son verdaderos remansos de calma para las personas que pertenecemos a una minoría, como yo… pero como no todo lo que brilla es oro, no todo lo que se dice incluyente realmente lo es, y yo lo he vivido en carne propia.


Como lo conté en mi post anterior, mi experiencia en Fiesta Inn de grupo Posadas fue realmente nefasta; sin embargo, cuando parecía todo perdido, Marriott, una empresa galardonada internacionalmente por ser incluyente en su clientela con en sus empleados, hizo que brillaran mis ojos como los de Marilyn Monroe ante un Tiffany. A grandes rasgos, la entrevista fue buena, pude percatarme de su inclusividad en la diversidad de sus empleados que usaban tatuajes, piercings, barbas y cabellos largos, dando una imagen contemporánea, fresca y sobretodo, demostrándole al mundo por qué son la segunda empresa más incluyente a nivel mundial; todo eso me hizo sentirme en confianza y esperar de, lo bueno, lo mejor, iba segura de mí misma y aunque nunca me dijeron nada por mi cabello largo, creí que era necesario comentarles, pero ése fue mi error.

Aunque a Sergio no le cambió el rostro y, al contrario, me explicó que “Marriott es una empresa incluyente… bla bla bla…”, sus palabras fueron diplomáticas para no hacerme sentir mal al ofrecerme contestar los teléfonos de la recepción para no darle la cara al cliente; o sea, en pocas palabras: esconderme de sus clientes para no dar una mala impresión, a pesar de que yo me ofrecí a ir con ropa masculina sin ningún problema, vaya, tratando de adaptarme a sus reglas, pues lo único que quería era trabajar pero, al final, la resolución fue la misma que en Fiesta Inn: hablar con sus superiores para que discutieran mi caso. Al final nos dimos la mano, prometió llamarme para darme la resolución y salí de la sala, me escoltaron hasta la entrada del edificio mientras yo veía irse de mis manos aquello que imaginé tan perfecto, y lo era, en verdad que sí, pero no era para mí.

Siempre he sido una persona que se apega a las reglas donde no tengo gerencia, aquellas a las que puedo adaptarme sin problema e, incluso, aunque no me gusten; pero el querer encerrarme a contestar teléfonos para no ensuciar su imagen fue la prueba fehaciente que yo necesitaba para volver a mi realidad. Ser una persona Trans no es nada sencillo, mucho menos en este tercermundo latinoamericano donde no te bajan de antinatural o puta; donde no entienden que las capacidades de una persona van más allá de su identidad de género y de sus genitales, pero como siempre lo he dicho, esa es la realidad que me tocó vivir y cuando decidí hacer mi transición fue totalmente consciente de que esto y mucho más podría pasarme, y acepté el reto.

Con mi post no busco lástima o compasión de los que me leen; al contrario, que les quede claro por lo que las personas trans pasamos a diario y que en realidad, somos personas fuertes, y que a pesar de eso, decidimos salir adelante día con día en contra de esa realidad discriminatoria en la que vivimos por una condición que es nata; para que nos demos cuenta que la “inclusividad” de aquellas empresas que son un supuesto ejemplo de apertura no es nada más que una manera más para sacar provecho de una problemática grave de discriminación, montándose en un rol ficticio que dice ayudar pero que no es nada más que otra estrategia de mercado más para llevar más dinero a sus arcas, pues me queda claro que en empresas como Posadas o Marriott respetan e incluyen a aquellos que pueden pagar por sus servicios, más no meten las manos por aquellos dispuestos a poner a su total servicio sus habilidades, tiempo y esfuerzo por una simple marca o logo.

Sí, ya tengo trabajo. Y en un lugar que, aunque no tiene que ver con aquellos estudios que se llevaron desvelos, dinero, esfuerzo y hasta pestañas, me respetan y me han abierto las puertas a pesar de los cambios por los que voy a pasar; donde no quieren esconderme en un rincón por la impresión que puedo dar ni me piden cortarme el pelo como “varoncito”; al contrario, se sienten orgullosos de las capacidades de sus empleados, muy a pesar de su orientación sexual, identidad de género o expresión de género, y estoy feliz, siento que ya casi nada me limita. 

Esta empresa no tiene ningún award por organizaciones internacionales que la adulan como “empresa incluyente”  (aunque sí tiene el de “Best Place To Work”) pero es que no lo necesita, porque simplemente lo lleva a la práctica y lo hace muy bien (al menos hasta el día de hoy).




CONVERSATION

2 Opiniones:

Joana dijo...

Hola, la verdad que eres una persona admirable. Al igual que tu, vine a la CDMX para crecer en el ámbito profesional y la verdad que no ha sido fácil, y eso que al igual que tu tengo universidad y vengo de otro estado, pero ahí sigo... soy mujer y tengo amigos LGBT por lo que entiendo lo difícil puede llegar a ser la situación pero tu échale ganas, ya verás que con perseverancia todo se puede ;) - Saludos!

Mia Karenina Azcárraga Prada dijo...

Muchas gracias Joana! Gracias por entendernos y por apoyar con tus palabras al resto de los seres humanos; personas como tú son un destello de luz que mantienen la esperanza en el cambio de este mundo para un lugar mejor. Un abrazo.

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