L’Imperatore y el Piccolo Principe [2da. Parte]




[ El Rapto ]



6 meses y 24 días han transcurrido desde el naufragio del Emperador.

-¡No, no puede ser! ¡Yo no soy así! Estoy faltando a los principios de mi familia, de mi cultura… ¡No! ¡No me dejaré llevar!- pensaba en voz alta Marco Antonio mientras contemplaba una suave lluvia caer sobre la Ciudad de las Hadas –Es hora de hacer un cambio, de regresar a mi Imperio, de terminar con esta vida ridícula y sin sentido, necesito pelear, necesito conquistar… ¡este no soy yo!- Si, era cierto, Marco Antonio estaba comenzando a querer esa vida llena de paz, tranquilidad, armonía pero al mismo tiempo sentía que estaba faltando a sus raíces y no era para menos ya que, desde pequeño, fue educado con rigidez y entrenado para gobernar todo lo que pasara frente a sus ojos; sin embargo, sentía gran empatía con todas las Hadas, Duendes, Gnomos, Elfos, Sirenas y demás seres que habitaban ése reino. Era verdad, nunca había experimentado tanta tranquilidad en su vida, pero el poder de la sangre también se iba apoderando de él, tanto que al día siguiente convocó a todo su ejército para planear el escape de ése reino y regresar a tierras humanas… no tenían la menor idea de cómo hacerlo, sin embargo ellos estaban dispuestos a arriesgar todo con tal de salir de ésa vida ajena a ellos y, al mismo tiempo, conquistar ése reino que sin lugar a duda era el más hermoso que habían visto jamás, por lo tanto, Marco Antonio ya había puesto su mirada en él. Todo estuvo planeado con tal exactitud que nada podía fallar.

En la quinta noche de luna llena, después de que la aurora vespertina desapareció del firmamento y las estrellas junto con la serenidad de la noche y los rayos argentos de luna volvieron a tomar el cielo de la ciudad, Marco Antonio se levantó luego de su cama al mismo tiempo que todos sus súbditos y, escondiéndose entre las sombras emprendieron su jornada hacia la playa donde sus embarcaciones los estarían esperando para zarpar, pero antes, los súbditos saquearon discretamente el Palacio para que nadie se diera cuenta. Marco Antonio, por su parte, ya tenía planeado todo para rendir a la ciudad y así caer totalmente a sus pies y finalmente lograr su mayor ambición: conquistar el País de las Hadas.


El soberbio Emperador se dirigió a la torre más alta, también escondiéndose entre la penumbra, llegó a la habitación mas alta; con su espada y sin causar ruido alguno, forzó la puerta y entonces entró. Un suave viento fresco entraba por el balcón de la recamara principal mientras meneaba las enormes y largas cortinas de seda fina que enmarcaban aquel balcón y ahí, finalmente, en una enorme cama, cobijado con sabanas de seda y lino fino, dormía Paristtney, como un ángel, su piel desnuda brillaba por el reflejo que la luz de la luna causaba sobre él. Marco Antonio lo contempló por un momento. Su mente tenía una gran batalla interna, una parte de él decía que no lo hiciera, que siguiera por primera vez a su corazón, pero por otra, la sangre que recorría sus venas le decía que tenía que engrandecer aún más el orgullo de la dinastía, de su gente, de su Imperio, L’Imperatore estaba confundido. Después de unos minutos contemplándolo, se paró junto a él y con su mano comenzó a acariciar la suave piel aterciopelada del Príncipe mientras el conflicto seguía en su mente. Paristtney soñaba, sin embargo el roce de la mano del Emperador hizo que, aun inconsciente, el Príncipe abriera sus ojos y entonces Marco Antonio recordó su absurda avaricia así que, de un brutal golpe en la cabeza hizo que el Príncipe cayera inconsciente de nuevo sobre su cama y de esa manera el Emperador pudo aprovechar para amordazarlo y… secuestrarlo. Si, su “gran” idea era tomar al pequeño Príncipe de rehén, amenazarlo de muerte y así lograr que todas las Hadas y demás seres del reino cayeran rendidos ante tal suceso; así que el Emperador no quiso perder más tiempo, salió corriendo de la habitación, tratando de no causar ruido alguno escondido entre las sombras nocturnas del castillo. Logró burlar a los Chaneques y las Mariposas que custodiaban el Palacio. Su magnífico plan salió mucho mejor de lo que él imaginaba, tuvo 6 meses para conocer cada uno de los movimientos que se realizaban en el reino, abusó de la confianza que todos en el reino depositaron en él y… ahí iba el Emperador, corriendo con el Príncipe en los brazos cubierto con una sábana de seda por las avenidas mas escondidas de la ciudad, se internó en el bosque de tal manera que ningún ser lo pudiera ver y, finalmente llegó a la playa donde su equipo lo estaba esperando, rápidamente entró a la nave maestra y emprendieron su viaje. En el mar, ni siquiera las Sirenas se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo en ése momento, todas dormían en sus aposentos en el fondo del mar y ni una sola notó que el Príncipe había sido secuestrado.

En el barco, Marco Antonio recostó al Príncipe en una celda fría, en lo más bajo del bote. Lo encerró bajo candado y lo sujetó a unas cadenas muy pesadas para que ni siquiera hiciera el intento por escapar, entonces aquel hombre se sentó frente a la celda y espero a que el Príncipe despertara. -¿Qué sucede? ¡Marco Antonio…! ¡Por Dior! ¿¡Qué sucede!? ¿Por qué estoy aquí encerrado? ¿Qué te pasa?- Preguntaba sorprendido y lleno de miedo el Príncipe al Emperador, una incertidumbre hacía crecer sus ojos ante la risa burlona y fría de Marco Antonio –Yo siempre logro lo que me propongo, y hago lo que sea por conseguirlo… sabes bien que desde que pise tu Reino, no he quitado la mirada del mismo y he soñado noche tras noche con conquistarlo… ahora estoy cada vez mas cerca y tu serás el medio por el cual mi sueño se haga realidad- El Príncipe guardo silencio un momento y con un escalofrío en la piel, respondió –¡Estas loco! Te has aprovechado de nosotros, ¡de mi pueblo! Te has burlado de todos nosotros y eso no es justo, Marco Antonio, por favor, date cuenta que esa forma tuya de ser no te llevará a nada bueno, tan sólo tú, ahora, con todo tu poder que dices tener te sientes solo, vacío, tu corazón esta frío, nunca has podido hacer todo lo que has querido por que te dejas manipular por un deseo que no es tuyo…- De un fuerte grito, Marco Antonio hizo guardar silencio al Príncipe y salió de aquella celda, dejando a Paristtney con un miedo y una incertidumbre jamás vivida. Después de algunas horas, el Emperador regresó con un miserable plato de comida insípida y un vaso de agua helada para el Príncipe –Gracias- respondió el Príncipe y entonces prosiguió – ¿Y al menos tienes una idea de cómo salir de aquí? El Reino de las Hadas también tiene sus complicaciones y te recuerdo que estas en tierras desconocidas… te propongo un trato… al menos sácame de esta celda y dame un trato digno y así te diré cómo salir de aquí… piénsalo, te conviene tenerme de aliado- Marco Antonio lo meditó y finalmente accedió.

Mientras tanto, en el País de las Hadas… ¡El caos! Cuando el sol comenzó a iluminar el Reino, todos empezaron a notar el saqueo que el Palacio había sufrido por los neo-romanos, entonces Usagui corrió a la habitación del Príncipe para darle las malas nuevas mientras Isabella calmaba a los Gnomos entrados en pánico; de repente, Usagui dio un tremendo gritó y todo el ejercito de Chaneques subió a ver… El Príncipe no estaba en su habitación y en la almohada había una nota firmada por Marco Antonio justo sobre donde quedó una pequeña mancha de sangre causada por el golpe que recibió el Príncipe “Mas les vale rendirse ante el Emperador del mundo, ya que si no es así, el Príncipe puede jamás volver a ver la luz del día”. Todo el Reino estaba alarmado, se lamentaban ya que, años antes habían sufrido la pérdida de la Hada Madre causada por la invasión de los Faunos y jamás volvieron a saber de ella, ahora no podían perder al Príncipe que llena de Paz al Reino entero. Usagui e Isabella convocaron al Consejo de las Primeras Hadas y Duendes para planear el rescate del Príncipe.

La guerra estaba declarada.

CONVERSATION

3 Opiniones:

Anónimo dijo...

Fascinate historia! mi piace molto! la mejor parte es cuando el Piccolo Principé grita sorprendido y desconcertado ¡POR DIOR! JAJAJA muy bien... entonces me quedo con el contexto temporal paralelo a la época moderna... ese Emperador sabrá que hay mejores imperios que el suyo! Besitos y que estes muy bien apoco no soy super, siempre monitoreando al mundo! jajajaja

Hasta pronto e igualmente felices fiestas!
Afectuosamente:
Aerosgirl! La Zarina Romanovna

Valgôr dijo...

No es por nada, pero una guerra con el reino de las hadas me asusta. O sea... acaso no sabía Marco Antonio lo que estaba haciendo???? u_u Menso... Luego por eso está el mundo como está, por gobernantes como él ¬_¬ jaja pero bueno X con él. Aii, iia quiero leer q' pasa luego!! jaja está mil nice la historia, jeje, me agrada hasta ahora n_n iio kedo un hada.... T__T

Anónimo dijo...

L'imperatore del mondo:

Buona storietta piccolo principe, straordinaria!!!!

Marco Antonio.

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