EL GUADALUPE - REYES



Hi there!! o sea... este blog lo iba a publicar desde el año pasado pero no lo encontraba, sin embargo, aki esta... espero q les guste!!

xoxoxoxox

Imanolito

[El claustro de Rapunzel]

O sea, a ver… tipo que estas vacaciones me han asentado ¡muy bien! ajá… seguro, ¿no? Y es que, venir a enclaustrarme a casa de mis papás durante 6 meses me hace a veces sentir como Barbie Rapunzel en lo alto de su torre implorando por ese príncipe valiente que se atreva a derrotar al dragón asesino (o sea, ¡mis padres!) y después llevarse el premio mayor (o sea, ¡yo!) pero no, eso sólo existe en Disney, sin embargo… luego me pregunto… ¿qué hará Rapunzel cuando se aburre? ¿Tendrá vida social? No lo sé, pero al menos yo contaba con el intelecto de mi Ugly Betty y su socialité (mi compu y su conexión de Internet) que me despejaba la mente en momentos de “¡no sé que putas hacer!”… gusto que me duró poquito más de 2 meses ya que nos cortaron la línea por que a mis papás se les ocurrió irse de vacaciones a PV y yo ahí… en casa… sólo y olvidado, les valió un keke mi sano ciber-entretenimiento gay y no pagaron el teléfono ¡pero no contaban con mi astucia! mi hámster mental parecía no resentir las secuelas del frío invierno así que se movía rápidamente y me daba ideas para no aburrirme en casa… oh si, ¡bendito cine! Y eso que no soy tan fan del séptimo arte pero esas pelis que me reventé estuvieron PKM [Devil Wears Prada, la Segunda Piel, Transpotting, Amelie, Titanic, Peral Harbor, Something About Mary y una mexicana (cagadísima) llamada Dos Cuatas Atarantadas] si, si… lo mejor del caso es que, bueno… acá no conozco a mucha gente de ambiente, así que tuve que abrirme paso entre tanto charrito hebillero y pandroso con cara de mata-putos que hay por acá. ¡Bendigo la hora en que mis amigos buga salieron de clases! (bueno, ni tanto) Gracias Habid, Wero, Zefe, Pablochas, Zaid, Axaí, Erika… ¡Me rescataron del claustro! Pero ahora pago las consecuencias de semejante carrera de vicios y excesos (jojojo) ya que… bueno… la vida de un gay y un buga no son iguales, por más que haya jotitos que se sientan machitos, siempre llevarán el arcoiris por dentro… pero, bueno, yo soy la excepción.

[El Ronqui-cumpleaños de Pablito]

Todo comenzó con el cumple de Pablito, nos trasladamos hasta Pachuca en la súper nave de Wero, por que allá estudian todos ellos y bueno… la peda estuvo maso, o sea… Pablo iba asustándome de que tomaban mucho, que no iba a aguantarles la peda, que no se qué, que por que soy jotito, sha la la, sha la la… y entre tanto choro mareador del ameno de Pablo, llegamos a la party. No había mucha gente, Habid, Aldo y Manuel (o no sé cómo se llama) ya estaban tomando y nos invitaron… yo, como toda persona precavida, primero los observé y después entré en ambiente, luego llegó Zefe, Wero y bueno, todo pintó mejor, llegó el momento en que las chelas, el whisky y el tequila se terminaron así que alguien tenía que ir por ellas… ¿quién fue? ¡Pablito! Como siempre, retozó y protestó como cuál chavo del 8, pero en él, el alcohol manda y cuando su cuerpo pedía más… tuvo que ceder e ir al OXXO por más botellas, botanas y cigarros, jejeje… llegó el alcohol y todos felices. Ya cuando aquellos pusieron el disco de Valentín Elizalde fue por que ya estaban en el primer estado de ebriedad y querían pasar al segundo para poder chillar a gusto por aquella ingrata que alguna vez los quiso y así seguimos, para entonces Pablito parecía estar en plenitud con todos sus “carnales” entonces fue cuando, tambaleante, se sentó en una silla pero nadie le hizo caso… la sorpre fue que Pablito, al cuarto vaso de chela, cayó total y completamente en una jeta etílica mal plan y lo peor fue que sentadito en una silla (parecía Winnie Pooh con su pancita chelera)… o sea, tipo que todos por acá, tomando y platicando de la política mexicana y de repente… ¡Pablito empezó a roncar! A ese nivel estábamos que ya no importaba el festejado, sino los cigarros y el chupe para luego entrar en un limbo mental donde nadie supo de Pablito hasta que naturalmente y, con un melódico ronquido, hizo que todos volteáramos a verlo. Entonces Zaid lo tomó y le puso unas cachetadas (algo mal plan) para que el gordito despertara y no… so sorry… el festejado se quedó jetón, entonces Habid y Zaid lo llevaron a la recámara, lo dejaron en la cama y entonces… todos seguimos la fiesta en paz. Al otro día, Pablito despertó en la alfombra como siempre… despertándonos a todos con un oloroso gas emitido del tanque que trae como estómago, -¡no mames!- Todos gritaban, Habid y yo desde la cama [Chuchín… ¡envídiame!] y los demás en el suelo. Quien se lo fumó todo fue el licenciado Feregrino quien se había acomodado de tal forma que su boca daba al big-butt de Pablo… anyway… después de un fresco baño nos fuimos al CENHIES, todos con gafas tipo Paulina Rubio, después que salimos de la escuela, Zefe nos invitó a comer mariscos, y fuimos a un bar para seguir el chupe, estuvo PKM…

[I’m Welcomed to Caesar’s Harem]

Después del cumple de Pablo, empecé a salir con ellos todas las noches y me divertía… después vino los quince de mi hermana Alex, después el rompimiento con Oscar y luego la Navidad en Tula, Hgo. Conocí a un chico (súper bueno y hecho un cuero) llamado César, lo conocí por mi amiga Naay y al principio nos odiábamos por que según el yo soy muy fresa (¿fresa yo? o sea… hello!) y yo lo odié por lo simple y naco que es pero resulta que, muy en el fondo le gusté y pues a mi también me gustaba por lo diferente que es a mí… estuvimos saliendo casi diario a caminar, a sus partidos de fútbol, a cenar, al río, a los manantiales, a los hotsprings, a los balnearios, en fin… es un chico muy lindo, inteligente, desmadroso, directo y lo que me encantaba es que siempre me ponía en mi lugar, jejeje eso me encantaba de él… sin embargo, como Cenicienta, el encanto terminó muy pronto ya que tuve que regresar al castillo. Nos despedimos y juramos que no nos íbamos a olvidar y hasta la fecha estamos en contacto.

[El efecto del boom garnachero de la plaza del taco]

Pasando el Año Nuevo and stuff (para no decir “y ese desmadre” jijiji), regresé al castillo para continuar saliendo con mis amigos bugas, son un desmadre los niños y los adoro. Por ellos conocí a Rafita y a Chuchín, dos jotitos de quien me hice amigo jejeje entonces ya no me sentía tan solo, así que salíamos con los bugas siempre en la noche (Pablo, Habid, Axaí, Wero, Luis, Zaid y a veces Erika), salíamos a veces al antro, a veces a un canta-bar, a veces a alguna party pero siempre, siempre, siempre terminábamos en la Plaza del Taco… ¡uh my God! ¡Es que parece que no tienen llenadero! Comen bastante y ahí voy yo con ellos… empecé a tomar la misma dieta que ellos y, aunque comía menos, yo no quemaba tantas calorías como ellos por que yo casi no hago nada en casa más que acompañar a mi madre a cualquier punto de la ciudad (en coche), o llevar a Noah al cole (en coche) y al principio no resentí nada… hasta que un día como cualquier otro, salí de bañar amenizado con el beat de Maria Daniela y su sonido lasser cantando “quiero un chicle de menta y una paleta y quiero que bailes como en la discoteca”… no había nadie en mi casa más que yo y mi “Pequeña” (una perrita french-poodle) entonces la casa era totalmente mía… ya había hecho mis planes y me sentía como Madonna recibiendo un Billboard: ¡rea-li-za-do! pero entonces encontré una báscula de piso en mi recámara… no sé ni cómo llegó a ese lugar pero bueno pasé junto a ella y no le hice mucho caso, pensé: -Imanol, 60 kgs, 1.70, no necesito de ésa tortura- sin embargo, sentía que, entre más me alejaba, me gritaba mas fuerte “¡súbete, gordito!” y mi orgullo gay respondía inconscientemente “¿gordo yo? ¡Qué te pasa!” Y entonces decidí retar a la horrible y fea báscula… me subí con una cara de felicidad que decía “¿ves? ¡Inche báscula tonta! ¿Gordo yo? jajaja” para mí era una victoria ¡automática! entonces estando arriba, volteé mi mirada hacia abajo y leí: 71.53 kgs. Y yo “¡¡¡¡¡NO PUEDE SER!!!!!!” Me bajé de la bascula para revisar si sí estaba bien y en efecto… no estaba mal nivelada, estaba perfectamente… respiré profundo y me dije a mi mismo “Imanol, o sea, por fa, esto no es cierto… tranquilo… súbete otra vez” y la maldita báscula parecía reírse mientras yo leía “71.53 kgs.” Del impacto, solté mi tutsi pop que estaba chupando en ése momento y corrí hacia mi recámara, abrí el closet y saque 2 jeans “True Religion” que mi mamá me había comprado en el Palacio 2 días antes… recuerdo que mi mamá le decía al joven que la atendió mientras los revisaba “ay joven, estos le van a gustar a mi flaquito, le voy a comprar unos talla 30, mejor que le queden grandes y no chicos” y los jeans estan ¡di-vi-nos! Los estaba guardando para una ocasión especial, para presumir el cuerpo esbelto que Dios me dio en la fiesta de quince años de mi prima Charito (Sharon), pero no… los tomé con fuerza y me los puse y ¡entraban! pero conforme iban subiendo hacia mis pompis, los jeans comenzaron a negarse a cerrar, entonces los tironeé con fuerza y subieron, luego me tiré en la cama y sumí mi pancita que meses antes estaba totalmente plana y ¡me cerraron! ¡Milagrosamente me cerraron! Mis ojos irradiaban la última chispa de esperanza y mi hámster me decía – ¿lo ves? ¡No estas gordo! Todavía no esta nada perdido - entonces corrí al espejo y me vi –¡¡¡¡NOOOOO!!!!- grité, parecía yo un barquillo mal servido, me tiré en el piso y comencé a llorar… ¡YO! Imanolito… con kilos de más, ni en mis sueños me había sucedido y comencé a hacer memoria, a atar cabos y recordé que desde antes mi cuerpo me había gritado “no te comas ese taco”, “la gringa no, por favor”, “la chela engorda y empazona, sino pregúntale a Pablito” pero nunca le puse atención… ahora pago las consecuencias del Guadalupe-Reyes. Ése día me vestí sport y corrí a sacar la caminadora al jardín para hacer ejercicio pero no… todavía falta mucho para restaurar esta belleza que tengo por cuerpo, sin embargo, no me doy por vencido. Tengo que sacrificar algunas cosas y lo primero que hice es olvidarme de la Plaza del Taco y su boom que me tiene en jaque.

Love,

Imanol

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